Hoy voy a explicar la experiencia de dar clase en el museo nacional de escultura, más concretamente en una de las salas de la iglesia, una sala, que como algún compañero dijo. era hermosa, sobria y majestuosa, al igual que la mayoría del museo, tanto sus obras como su estructura (fachada patio interior y demás).

En esta clase hemos aprendido mucho, pero también hemos expuesto los trabajos que cada grupo habíamos preparado por mas de una semana y que, en mi humilde opinión, a todos los grupos le ha salido muy vistoso y adecuado.

Para explicar más concretamente lo que he aprendido, adjuntaré una de las hojas que hemos tenido que hacer 

Para finalizar querría decir (ya que seguramente sea la última entrada del blog) muchas gracias a Victoria, ya que en este clase, así como en todo el curso, ha buscado maneras distintas a lo habitual y divertidas  para dar cada una de las clases, cosa que se agradece mucho en la común monotonía que vemos en la facultad y en las otras asignaturas.